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La Celada puro cuentoestá bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0© 2 por A .

14.4.25

El verdadero amor




El Verdadero Amor (dedicado a Ana Beatriz y Valterio)




No debemos confundirnos, el verdadero amor no admite dudas es una comunión entre dos seres,


es la complicidad de dos almas, versus el mundo todo, a su lado se abemola toda adversidad, se superan todos los obstáculos.


El hombre sostendrá con fuerza la casa y la mujer sostendrá con ternura su corazón, el hombre conducirá con destreza el timón y la mujer orientara el rumbo hacía buen puerto. Se amaran en la intimidad absoluta, como sus cuerpos anhelen y públicamente su cariño será evidente como ejemplo para todos de la felicidad.


Compartirán su mundo y compartirán el mundo y harán de la vida algo digno de vivirlo.


Se complementará de la manera más adecuada. Será uno el estímulo del otro, desearán estar juntos de todas las formas y serán necesario el uno para el otro por el simple hecho de amarse profundamente.


Siendo la entrega total, nada será demasiado de lo que se entregue.


Vivirán juntos sabiendo que uno de ellos será quien cierre los ojos del otro y quien marche primero, dejara tantas huellas en quien le preceda que su recuerdo será imborrable, pese al dolor inevitable de la pérdida,


será capaz de inspirar versos y provocar sonrisas evocadoras de momentos felices.


Serán un ejemplo de amor ante los ojos de Dios, porque los ojos de los hombres, que no conocen el amor, no podrán entenderlos jamás.

26.3.25

 Solucionado el problema del blog inicial la celada, espero tu visita, seguirè publicando allí.
Si lo deseas puedes comentar y compartir, recuerda que es de gran ayuda para motivar la escritura. Muchas gracias. Alicia

laacelada.blogspot.com


24.3.25

Hez

 Hez

La tarde olía a sangre en los suburbios, el cielo serpenteaba sus blancas cintas, anunciando su llanto desgárrente sobre la sola calle, desprovista de sueños. Las baldosas escupían sus palabras oscuras, salpicando las piernas abiertas, inmensamente abiertas como los pozos de las calzadas rotas; y entre ellas, hoy se debaten las sombras de los muertos, que asoman en el vuelo de las blancas polleras y chorrean sus lágrimas de barro en las aceras. La tarde trae un vaho inmundo y angustiante, de sangre nauseabunda desprendida del vientre. El cielo vomita la humanidad entera y arroja su ira al igual que una fiera, y lloran las mujeres eternamente secas. La tarde huele a sangre en la hora siniestra y con manos unidas y encogido de piernas, en un eterno sueño, pareciera que reza, un manojo morado de carnecita seca. Se retuerce la tarde, se envilece la tierra, las baldosas escupen las ensangrentadas piernas; y se mecen los niños en la ardorosa siesta, mientras cantan sus nanas las mujeres etéreas. Tras los labios marchitos de las mujeres muertas, la canción se tritura en sus dientes de perra, y sus manos son hachas, asesinas, blasfemas, que aprisionan la nada en sus oscuras prendas. Ateridos de frío se desmayan sus pechos, como las secas flores de invernales contiendas. La tarde huele a sangre en todas las esquinas, la ciudad va exhalando un olor de letrinas, en las tristes capillas las viejas se persignan y el Cristo del cayado se esconde en una cripta. Ya se acerca la noche, como siempre, sombría. Lucífugos murciélagos dormitan en la iglesia y se escuchan mil llantos por ventanas abiertas. Ya se apagan las luces, ya se encienden las venas, y generan los miembros las clandestinas fiestas. Mujerzuelas oscuras se ofrecen en las tiendas y el mundo va mostrando repugnantes escenas, en los puertos se ríen los marinos que llegan y derraman aromas de sudor mientras esperan, a las blandas mujeres de económicas piernas. Al igual que Sodoma se sentencia la tierra y en estatuas de sales los hombres se liberan. Los mendigos quejosos, timoratos esperan, en el abrigadero de las fatuas iglesias. En el cercano hospicio la locura genera la violencia del hombre en su jaula funesta. Y en el misero fango, de la mísera tierra se sumerge la luna, prostituida y bella. Un grito desgarrante, por la pared se trepa, los labios se amordazan, y las piernas se esfuerzan, los ojos desparraman su dolor en la entrega, la sangre se coagula y los cestos se llenan. El cuerpo se estremece, el pulso se acelera y entre el blanco y el negro un mártir se condena. Las masturbadas niñas a los sueños se entregan, el cielo en un bostezo hace temblar la esfera; y dos brazos atados crucifican la tierra.


Autora: Alicia Celada
Pintura del Artista Español: Jose Rey Ripolles



21.3.25

Esperando esa flor



A gritos pedí una flor; me preguntaron por qué.


Les dije: que yo no sé, que necesito una flor.


Sonrieron con ironía, no comprendieron mi prisa.


Agonizaba en la espera, y me moría de amor.


Sabía que aquella flor, que esas manos mezquinaban.


Iba a curarme una herida, que no estaba equivocada.


Y aquella tarde florida, del día de los amores.


Vi. Pasar por las veredas, muchas doncellas con flores.


Y hasta mujeres mayores, ostentosas por las calles.


Podían hacer alarde, de ramilletes hermosos.


Y yo sentada a la vera de ese camino florido.


Sin un novio, sin marido, sin amante, sin consuelo.


Allí, arrojada en el suelo, exhalé como un suspiro.


Parecido al del exilio, del que marcha para siempre.


Pero sentí de repente, unas manos que se abrían.


Y aprisionaban las mías, muy apasionadamente.


Me entrego una flor muy bella, casi como su mirada.


Y me sentí enamorada, como una adolescente.


Autora :Alicia Celada (Argentina)

Pintura « Éclosion du regard ».de la artista Francesa: Pauline Chevallot



17.3.25

La luz (-Dedicada a mis hijos Denise y Giuliano)




Solo dale la luz, nada más que la luz.

Que no mida el amor, por su verde valor.

Que se llene de sol, de fragancia de flor,

de pureza motriz, de candor de raíz,

de energía, de paz,

de esa fuerza real, que genera el amor.

Solo dale la luz, nada más que la luz.

No el oscuro rincón, donde anida el terror,

el rencor, la maldad, el hipócrita estar,

el medido interés, ese no querer ver,

el valor sin igual, que tan solo en la luz,

tú lo puedes hallar.

Solo dale la luz, y verás, ya verás,

como irradia su sol, no mezquina el calor,

como incendia de amor,

y con cuanta pasión vivirá.

No precisa de más, sin en verdad lo amas.

! Solo dale la luz 

Alicia Celada 


10.3.25

Ahora no


Porque no hay locura más grande en el
hombre, que dejarse morir sin más"
El Quijote II. Cap74

    

(in memoriam) Del poeta y pintor Ricardo Reinoso.

 

Ahora no


Cómo hacerte entender, si yo pudiera

Si estuviera en mis manos revivirte.

Si un instante, no más, lo comprendieras.

Que no tienes derecho de morirte.

No, no tienes derecho de morirte.

Abandonarte así, sin defenderte.

Y después de llegar a consagrarnos.

Arrojarte en los campos de la muerte.

Si una luz me asistiera en este instante.

Y el supremo hacedor me concediera.

Devolverte la vida, abrazarte

Y enseñarte a que nunca te perdieras.

Si pudiera obsequiarte los inviernos.

Y esparcir en tus manos primaveras.

Demostrarte que todo no es infierno.

Y que puedes lograr, lo que tú quieras.

Que la vida conserva sus valores.

Y depende de ti, toda la gracia

Que aunque a veces no tenga mil colores.

Tú la puedes pintar y darle magia.

No renuncies ahora que te amo.

Y no puedo seguir peleando sola.

Porque si tú peleas, lo logramos.

Y nos queda a vivir la vida, toda.

Porque eres joven, porque yo te amo.

Porque el poema muere en mi garganta.

Porque si nos unimos lo logramos.

Porque todos los muertos se levantan.


Autora Alicia Celada 

Pintura de la Artista Argentina CA Bau

4.3.25

La vida pasa,pesa,pisa

  Estás a punto de tenerlo todo   

y estás a un paso de perderlo todo.

Toda la luz quiere inundar tu vida

Y te empecinas en morir a oscuras.

No hay peor certeza que la incertidumbre,

ni peor derrota que la merecida.

Todo en la vida es una justa prueba,

que nos demuestra con sabiduría,

que a nuestro alcance siempre están los medios.

No te acobardes, no te encolerices,

no te subleves, no tengas soberbia,

baja a la altura de los grandes hombres.

Recuerda siempre que la vida pasa,

yegua indomable con donosos bríos.

Tiende tus manos hacia el Dios divino,

pasa la vida sin piedad, hermano,

pesa la vida cuál filosa espada,

pisa la vida cuál gigante monstruo.

Nada se iguala a la feliz mañana,

que decidimos sin temor alguno,

abrir compuertas a los sentimientos

y que el erial de nuestros corazones,

se inunde poco a poco de ternura

y un remolino de contradicciones,

deje emerger los sueños, los amores.

Recuerda siempre que el deber nos llama,

apura el paso, retrocede el miedo,

ajusta el corazón que esta es la hora,

la alarma suena siempre justo a tiempo.

Despierta ya que el sueño de la vida,

se vive bien despierto. .

Tiempo ya habrá para dormir profundo,

despierta el corazón, despierta el cuerpo.

No te mueras sin más, sin más no mueras.

Sonó el despertador ¡arriba, arriba!

Alicia Celada  



Cuadro del Artista plástico: Pablo Larsen.(Argentino)



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